Mi mamá no corre, vuela. Trabaja como
una loca, come como una loca, juega conmigo
como una loca… vive la mujer en la prisa y
no se sabe relajar. Le tengo dicho que eso es malo
y además pone arrugas. Pero ná.

He llegado a verla freir croquetas con el bolso
colgado y el móvil repegao a la oreja.
Me pregunto si lo que le gusta es hacerse la mártir.

Mi madre siempre va a la última, algo que
siempre va bien para presumir en el patio de
moderna. Pero no sabe hacer un bocadillo
de los de toda la vida, lo cual, claramente
me hace perder puntos.